Su padre, Étienne Pascal, decidió educar él mismo a sus tres hijos, al no confiar en el sistema educativo de la época. Prohibió en un principio que su hijo Blaise estudiara matemáticas hasta los 15 años, para no dejar de lado otras áreas. Pero Blaise decidió investigar por su cuenta y, con tan sólo doce años, fue capaz de descubrir por sí solo que la suma de los ángulos de un triángulo es igual a dos ángulos rectos. A partir de este descubrimiento, su padre le permitió leer a Euclides así como escuchar a los mejores matemáticos y científicos de la época, tales como Descartes, Desargues, Mydorge, Gassendi y Roberval.
En 1640, con unos 16 años, publicó "Essai Pour les coniques", donde demuestra el llamado Teorema del hexágono de Pascal, según el cual los tres pares de lados opuestos de un hexágono inscrito en una cónica forman una línea, la línea de Pascal.
Debido al nombramiento de Étienne como comisario del impuesto real, la familia se trasladó hasta Ruán. Allí, Blaise comenzó a interesarse por el diseño y construcción de una máquina de funcionamiento mecánico, llamada Pascalina, precursora de las calculadoras de hoy en día, capaz de realizar operaciones tales como la adición y la sustracción, considerando así a Blaise Pascal, junto a Charles Babbage, como el padre de las computadoras. Después de esto se dedicó a investigar sobre geometría, hidrodinámica e hidrostática y la presión atmosférica, inventando así la prensa hidráulica y la jeringa y descubriendo algo tan importante como es la Ley de la Presión de Pascal.
Tras esto y después de una conversión religiosa, influida por la enfermedad y el Jansesismo, se empezó a interesar más y más por la filosofía, siendo "Pensées" (una colección de pensamientos personales del sufrimiento humano y la fe en Dios) junto con "Lettres provinciales", sus mejores trabajos de esa rama.
Antes de morir en Paris a los 39 años, finalizó su último trabajo, sobre la cicloide, una curva generada por un punto perteneciente a una circunferencia generatriz al rodar sobre una línea recta directriz, sin deslizarse.
