Se le puede considerar dentro de la categoría de “smart object”, ya que su funcionamiento y su utilidad dependen de su conexión permanente a la red, y además desde esta se le introducen nuevas habilidades y usos.
El conejo se encuentra permanentemente conectado a internet vía wifi. Según como esté configurado, se comunicará con el usuario vía síntesis de voz y notificará diversas actividades mediante un sistema de luces integrado en el tronco. A su vez, integra un micrófono para permitir controlarlo mediante comandos de voz y grabar mensajes que se pueden intercambiar entre dispositivos similares.
A su vez, puede comunicarse directamente con otros objectos mediante un lector de RFID incorporado. Así, por ejemplo, existe una linea de libros infantiles preparados (con un chip RFID) para que el dispositivo pueda detectar y leer en voz alta.