En 1948 Bernard Silver, un estudiante que se había licenciado en el Instituto de Tecnología de Philadelphia, escuchó al presidente de un negocio de comida rápida de la zona pedir a uno de los decanos que llevase a cabo un estudio para desarrollar un sistema que leyera automáticamente la información de un producto al pasar por caja. Silver le habló a su amigo Joseph Woodland de la conversación de la que había sido testigo. Woodland tenía entonces 27 años y se había licenciado en Ciencias en Ingeniería Mecánica también en Drexel, donde ejercía de profesor. La idea le fascinó y comenzó a trabajar en ello.
Su primera idea consistió en patrones de tinta que brillaban en luz ultravioleta. Woodland y Silver construyeron un aparato que funcionaba, pero el sistema presentaba algunos problemas de inestabilidad de tinta. Woodland estaba convencido que era factible y decidió abandonar su trabajo como profesor en Drexel y mudarse a Florida para dedicarle más tiempo al proyecto. Woodland volvió a examinar el problema, recordando que con el código Morse, puntos y rayas se utilizan para enviar información en formato electrónico e ideó un código Morse en dos dimensiones.
La simbología consistió en un patrón de cuatro líneas blancas sobre un fondo oscuro. La primera línea era una línea de datos y la posición de las tres restantes estaba determinada con respecto a la primera. La información estaba codificada por la presencia o ausencia de una o más de las líneas. Esto permitía 7 clasificaciones diferentes de los artículos. Sin embargo, los inventores se dieron cuenta de que si se añadían más líneas, se podían codificar más clasificaciones. Con 10 líneas, era posible codificar 1023 clasificaciones.
Woodland fue empleado por IBM en 1951, pero al no ser el código de barras comercialmente viable por aquel entonces, IBM no compró la patente, que vendieron a Philco en 1952 por una pequeña suma. Philco, a su vez, la vendió a RCA en 1952 . RCA intentó desarrollar aplicaciones comerciales a lo largo de la década de 1960 hasta que la patente caducó en 1969. En 1962 Silver murió a la edad de 38 años sin llegar a ver el uso comercial de código de barras. A Woodland se le concedió la Medalla Nacional de Tecnología en 1992. Ninguno de los dos inventores se hizo rico con la idea, que posteriormente dio pie a millones.